La Comunidad Laical SS.CC. Héctor de Cárdenas, a la que pertenezco, tiene la fortuna de tener como asesor (es decir, como guía espiritual y presbítero) al padre Gastón Garatea. Hace poco se le ha negado la renovación de sus licencias ministeriales. La comunidad ha decidido sacar un pronunciamiento que me parece es bastante contundente y me gustaría comentarlo.
El pronunciamiento lo pueden encontrar aquí (en varios formatos): Pronuniciamiento de la Comunidad Laical SS.CC. Héctor de Cárdenas. (Publicación original). El pronunciamiento sale aparentemente tarde, y más aún porque la comunidad sabía esto mucho antes que saliera en los medios. Pero la cautela también es importante, y hasta que no se hizo público por otras vías se había decidido guardar silencio (en particular por pedido de los interesados: Gastón y la congregación Sagrados Corazones).
El hecho me recordó inmediatamente un post que leí hace poco, sobre la crisis teológica de un buen amigo, que razona concienzudamente su pertenencia. En ese sentido en el pronunciamiento también mostramos nuestro desaliento con el actual devenir de la Iglesia Limeña. Iglesia que lo único que está haciendo es desalentar más en sus formas que en su mensaje. Aunque claro, su mensaje también está ligado a sus formas.
La diferencia de este pronunciamiento frente a otros, es que está escrito en clave de testimonio, pues la comunidad puede dar testimonio directo de quién es él, y ha sido acompañada por él,y además lo ha acompañado en algunas de sus labores pastorales, como lo fue su tiempo en la parroquia de Ayaviri (a la que personalmente tuve oportunidad de ir).
El pronunciamiento se basa en básicamente dos cosas: el Evangelio, y el Concilio Vaticano II. No necesitamos hacer alusión a nada más, pues esos documentos bastan para decir que el actuar de Gastón nunca fue contrario a la doctrina eclesial. No se mencionan las supuestas causas, pues sólo son supuestas y no están por escrito, así que mencionarlas, e invalidar la decisión del Arzobispo por las causas es inválido. Finalmente, el Arzobispo puede hacerlo sin decir por qué, pero cuando se lo pidan, es que tendrá que dar las causas, a ver qué alega.
Esperemos esta actitud y cerrazón del Arzobispo cambie, y que la apertura sea posible.
Gastón no es sólo apreciado por la comunidad, sino también por la PUCP, que ya lo nombró profesor honorario, es gracioso cómo otros sectores ven eso como un desafío a la autoridad, cuando su labor pastoral en la PUCP es independiente de su licencia sacerdotal, y por tanto no estaría sujeta a esa prohibición de ejercicio del ministerio.
Copio aquí una versión documentada con enlaces del pronunciamiento:
COMUNIDAD LAICAL SAGRADOS CORAZONES HÉCTOR DE CÁRDENAS
POR UNA IGLESIA AL SERVICIO DEL EVANGELIO
SOLIDARIDAD CON EL PADRE GASTÓN GARATEA SS.CC.
La Comunidad Laical SS.CC. Héctor de Cárdenas conoce al P. Gastón Garatea desde 1972, año en que junto con el P. Héctor empezó a acompañar nuestra vida eclesial. En todo este tiempo hemos apreciado su fe en el Señor Jesucristo, su fidelidad a la Iglesia y compromiso con los más necesitados. Expresión de ello ha sido su reconocida participación en la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza, en la Comisión de la Verdad y Reconciliación, en la dirección del Instituto de Pastoral Andina y su labor educativa en el colegio SS.CC. Recoleta.
Por ello nos duele profundamente la decisión del Arzobispo de Lima de no renovar las licencias ministeriales al P. Gastón Garatea. Esta decisión nos confunde porque las causas esgrimidas, sus declaraciones sobre temas opinables, dejan entrever otro tipo de motivaciones.
Además, nos indigna y preocupa como miembros de la Iglesia el estilo de conducción de la vida eclesial que sustenta esta medida, porque constatamos que está cada vez más lejos del estilo dialogante y corresponsable que impulsó el Concilio Vaticano II. Este estilo es un escándalo que daña la imagen de la Iglesia y desalienta nuestro caminar como discípulos de Jesús. La implícita censura al P. Gastón Garatea se suma a otras tantas que se han dado en la diócesis de Lima.
Frente a esta situación queremos dar testimonio de lo que representa el P. Gastón para nuestra comunidad eclesial: un guía espiritual, una vida coherente con el Evangelio, con intensa vida de oración y un fiel animador de nuestra vida sacramental. Expresamos nuestra solidaridad con el P. Gastón Garatea, y pedimos al Arzobispo que rectifique la medida por la que se le impide ejercer en Lima su ministerio sacerdotal.
Invocamos a la comunidad de creyentes, y en particular a sus pastores, a guiarse del Evangelio como criterio fundamental para sus juicios, normas y estructuras. Una Iglesia desligada de “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren” [GS. 1] no es la Iglesia de Jesucristo.
Comunidad Laical Sagrados Corazones Héctor de Cárdenas
Lima, 15 de mayo de 2012